La ONU acaba de señalar que el calentamiento global ha dado paso a la «ebullición mundial». Esto significa que la situación se puso más que crítica y el efecto invernadero han alcanzado un nivel preocupante.
Las expertas del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 de la Universidad de Chile, Eugenia Gayó y Laura Ramajo , explican las posibles consecuencias de esta nueva fase que preocupa en un país como Chile donde el cambio climático puede presentar eventos complejos.
Según Eugenia Gayó, esto no es solo un asunto de subir la temperatura, sino de que los cambios van a ser más notorios y ¡rápidos! Nos esperan subidas en el nivel del mar, sequías más intensas y frecuentes, y masas de hielo que se derriten mucho más rápido. Pero eso no es todo, hay estudios que nos avisan sobre cambios en procesos climáticos importantes que podrían revolucionar la distribución de energía alrededor del globo. Esto afectaría nuestros ecosistemas y hasta nuestra comida.
Laura Ramajo nos hace un recorrido por cómo esto ya está afectando al mundo. Las olas de calor, lluvias torrenciales y otros fenómenos extremos se están volviendo casi rutina en todo el planeta. Esto, en conjunto con un calentamiento global constante, significa que el panorama se está tornando peligroso.
¿Y Chile? Eugenia Gayó nos dice que estamos en una posición compleja. El cambio climático nos golpea duro, y esta nueva fase de ebullición va a agravar todo: sequías, lluvias intensas, tornados más frecuentes y efectos que afectarán sectores clave como la seguridad alimentaria y el turismo.
¿Podemos hacer algo? Laura Ramajo nos da esperanza. Todavía estamos a tiempo para tomar medidas, pero necesitamos un cambio de actitud. Es hora de recortar las emisiones de gases de efecto invernadero y repensar cómo nos relacionamos con la naturaleza.
Pero aquí viene el desafío: necesitamos que las acciones sean más que palabras. Los eventos extremos están ocurriendo por todos lados y es momento de que los líderes mundiales se tomen en serio el asunto.
La profesora Eugenia Gayó cierra con un enfático llamado: todos tenemos un papel que jugar. Desde reducir nuestras emisiones personales hasta involucrarnos en la toma de decisiones importantes, es hora de ser ciudadanos comprometidos con nuestro planeta.
Ya se nos acabó el tiempo ¡debemos actuar ahora!





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