A cambio de criptomonedas, miles de chilenos han participado en el escaneo del iris sin conocer los posibles riesgos. Descubre por qué expertos recomiendan precaución

En las concurridas calles de Santiago de Chile, la tecnología más novedosa ha captado la atención de casi 200,000 ciudadanos: el escaneo del iris. Equipos llamados «Orbs», esferas metálicas que brillan con promesas futuristas, ofrecen a los transeúntes la oportunidad de ganar Worldcoin, una criptomoneda, a cambio de una mirada directa a sus cámaras. Pero, ¿qué implica realmente esta transacción?

Detrás de esta innovadora propuesta se encuentra Sam Altman, CEO de OpenAI y figura clave detrás de la inteligencia artificial ChatGPT. A pesar de la popularidad de la iniciativa, muchos de los participantes desconocen los riesgos asociados con el intercambio de sus datos biométricos.

Pablo Matamoros, académico de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central, expresa su preocupación: «Estamos hablando de una empresa privada que colecta información biológica sin claridad sobre el uso futuro de estos datos. Hay una falta de regulación y transparencia alarmante.»

La mayoría de los participantes probablemente no ha revisado a fondo los términos y condiciones de este intercambio, lo que plantea preguntas críticas sobre la privacidad y el control sobre los propios datos. ¿Qué derechos concedemos al aceptar estos términos? Y una vez entregados, ¿cómo podemos recuperar esa información personal?

Expertos en ciberseguridad advierten sobre la entrega de datos antropométricos, como el escaneo del iris, cuyo valor y potencial uso por terceros todavía no ha sido revelado completamente.

Que significa que nos esceneen el Iris?

La información del iris es un tipo de dato biométrico extremadamente sensible y único para cada persona. Su mal uso potencial puede tener serias implicaciones para la seguridad y la privacidad de un individuo. Algunos de los usos maliciosos que se podrían hacer con esta información incluyen:

  1. Identificación falsa o suplantación de identidad: Los datos del iris pueden utilizarse para crear identidades falsas o para suplantar a alguien en sistemas que utilizan el reconocimiento del iris como método de autenticación. Esto podría permitir el acceso no autorizado a cuentas bancarias, sistemas de seguridad, dispositivos personales y otros servicios protegidos por reconocimiento biométrico.
  2. Seguimiento y vigilancia: Si los datos del iris caen en manos equivocadas, podrían utilizarse para rastrear los movimientos y actividades de una persona sin su consentimiento. Esto es especialmente preocupante en contextos donde la privacidad es crucial, como en situaciones de persecución política o acoso.
  3. Phishing biométrico y ataques dirigidos: Con acceso a datos biométricos, los delincuentes pueden diseñar ataques de phishing más convincentes o manipular sistemas para engañar a las medidas de seguridad basadas en biometría.
  4. Creación de bases de datos sin consentimiento: La acumulación de datos biométricos puede llevar a la creación de bases de datos que podrían ser usadas para fines no autorizados o sin el consentimiento explícito del individuo. Esto plantea grandes riesgos en términos de privacidad y uso indebido de información personal.

Dada la naturaleza irreversible de los datos biométricos (no puedes cambiar tus iris como cambiarías una contraseña), la protección de esta información es de suma importancia. Por eso, la regulación, la transparencia sobre el uso de los datos y las medidas de seguridad robustas son esenciales para prevenir el mal uso de los datos del iris.

La recomendación es clara: mejor abstenerse de participar hasta que haya mayor claridad y protección en torno a estas prácticas.

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