La reforma arranca su primera fase hoy, prometiendo un equilibrio mejorado entre trabajo y vida personal
Este viernes ha marcado un hito importante con la entrada en vigor de la «Ley de 40 Horas» en Chile, que implementa de manera escalonada una reducción de la jornada laboral sin afectar el salario de los trabajadores. En su fase inicial, las empresas han comenzado a ajustar la jornada de 45 a 44 horas semanales. Para abril de 2026, la jornada se recortará aún más a 42 horas, culminando en 2028 con la ansiada jornada de 40 horas.
Desde hoy, el Ministerio del Trabajo ha puesto en marcha varios cambios clave, incluyendo la reducción a una jornada ordinaria de 44 horas, el cálculo de esta jornada en un promedio de hasta cuatro semanas, compensación de horas extra con períodos de descanso, y la implementación del registro electrónico de asistencia. Además, se han establecido horarios flexibles para padres y madres o cuidadores de niños menores de 12 años, y se ha regulado la jornada para los trabajadores a tiempo parcial y para el personal de servicio doméstico.
La normativa también restringe las excepciones a la jornada laboral para altos ejecutivos y empleados que trabajan sin supervisión inmediata, según lo estipula el Artículo 22. Las empresas tienen la opción de adoptar directamente la jornada de 40 horas, organizando los horarios en un formato de 4 días de trabajo por 3 de descanso, de común acuerdo con sus empleados.
La ministra del Trabajo, Jeannette Jara, en una entrevista con Cooperativa, ha destacado que la ley representa «un muy buen acuerdo para el país, los trabajadores y las empresas», y ha señalado que la normativa vigente ha llevado a un aumento del ausentismo laboral debido a la fatiga, enfermedades mentales y la doble jornada que enfrentan especialmente las mujeres.

Avanzar en la conciliación entre la vida laboral y personal no es solo un beneficio para los trabajadores, sino una necesidad imperiosa para el desarrollo de una sociedad más equitativa y saludable. La implementación de la Ley de 40 Horas es un paso crucial en esta dirección, ya que no solo busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores, sino también aumentar la productividad y satisfacción en el trabajo. Es fundamental que las políticas laborales continúen adaptándose a las necesidades reales de las personas, asegurando que el trabajo sea una parte de la vida, y no toda su vida.





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