El pasado 27 de abril, un trágico incidente en el norte del país generó controversia y cuestionamiento sobre la versión oficial entregada por el Ejército. Franco Vargas, un joven conscripto de tan solo 19 años, perdió la vida durante una caminata de instrucción en condiciones climáticas extremas, con temperaturas de hasta 15 grados bajo cero.
Según el relato oficial del Ejército, Vargas habría presentado problemas respiratorios durante un descanso en la marcha y fue trasladado de inmediato a la enfermería del campo de entrenamiento, donde fue estabilizado por el enfermero militar. Posteriormente, fue llevado al Centro de Salud Familiar (Cesfam) de Putre, donde lamentablemente se confirmó su fallecimiento.
Sin embargo, el director del Cesfam de Putre, Aldo Rivera, ha desmentido esta versión durante una sesión del Concejo Municipal, revelando detalles que contradicen la narrativa oficial del Ejército. Según Rivera, el joven conscripto llegó al centro asistencial sin signos vitales en una camioneta militar, no en una ambulancia, como se había reportado inicialmente.
«El 27 de abril, en horario de las 06:52, según consta en los registros del sistema de urgencia rural, se recibe un paciente sin previo aviso», explicó Rivera. «Se constata que esta persona venía sin signos vitales, ni tampoco con respuesta a estímulos verbales ni físicos».
El personal médico del Cesfam actuó de inmediato, realizando maniobras de reanimación cardiopulmonar durante seis ciclos. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, el joven soldado fue declarado fallecido por el médico de turno.
Estas contradicciones entre la versión oficial del Ejército y los hechos relatados por el director del Cesfam de Putre han generado interrogantes y demandas de transparencia sobre lo sucedido. Familiares, autoridades locales y la opinión pública exigen una investigación exhaustiva para esclarecer las circunstancias que rodearon la muerte de Franco Vargas y determinar eventuales responsabilidades.





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