La tranquilidad de Rancagua fue interrumpida por un asalto sin precedentes. Con armamento de guerra y estrategias coordinadas, un grupo criminal ejecutó un violento atraco que terminó con más de 17 detenidos y un gran despliegue policial.
Rancagua fue sacudida por un audaz asalto a la sucursal de Brinks ubicada en la avenida Río Loco. Un grupo de al menos 17 delincuentes irrumpió en el recinto en plena luz del día, logrando sustraer cerca de 3 mil millones de pesos en efectivo. Los asaltantes, encapuchados y fuertemente armados, utilizaron escaleras para acceder al interior de la instalación y amedrentaron a los trabajadores antes de llevarse el dinero.
La banda criminal empleó tácticas meticulosamente planificadas para ejecutar el atraco y facilitar su escape. Quemaron vehículos en distintos puntos de la ciudad para bloquear el acceso a las rutas principales y lanzaron “miguelitos” en las vías aledañas, causando un caos vial que dificultó la respuesta inmediata de las fuerzas policiales. A pesar de estos esfuerzos, la rápida reacción de Carabineros, que involucró a unidades especializadas como el GOPE y OS9, permitió que el número de detenidos aumentara durante la tarde y noche, alcanzando un total de 17 arrestos.
La captura fue posible gracias a la efectiva coordinación entre las fuerzas policiales y el despliegue inmediato de un amplio contingente en los alrededores. Durante el operativo, se incautaron armas de guerra, incluyendo un fusil y una granada de humo, que los delincuentes habían utilizado para llevar a cabo el robo
Este asalto en Rancagua, que culminó con la detención de 17 individuos, destaca la creciente sofisticación de las bandas criminales y subraya la necesidad de revisar las estrategias de seguridad tanto en el transporte de valores como en las ciudades. La capacidad de estos delincuentes para coordinar un ataque de tal magnitud y su disposición a utilizar tácticas de guerra urbana, plantea serias interrogantes sobre la preparación y respuesta de las fuerzas policiales.
Es fundamental que se refuercen las medidas de seguridad y se promueva una mayor colaboración entre el sector privado y las autoridades para prevenir futuros incidentes que pongan en riesgo la vida de ciudadanos inocentes y la seguridad de las comunidades





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