Más de 70 científicos de diversos países, entre ellos Chile, Argentina, Noruega, EE. UU. y Reino Unido, han emitido una carta abierta dirigida a líderes mundiales para exigir la protección real de las áreas marinas protegidas (AMPs). Este llamado urgente llega mientras los delegados se reúnen en la COP 16 en Cali, y busca frenar actividades industriales, como la minería, la pesca de arrastre y la acuicultura intensiva, que amenazan estos ecosistemas vitales.

La Dra. Sylvia A. Earle, una destacada oceanógrafa y firmante de la carta, subrayó la importancia de garantizar la protección efectiva del 30% de los ecosistemas marinos y terrestres para 2030. “Hay demasiadas amenazas de actividades industriales en las áreas protegidas existentes”, afirmó. “Los gobiernos deben eliminar las actividades extractivas en estas áreas para preservar la biodiversidad.”

Según consigna el sitio G5 Noticias, la carta destaca el caso de la Patagonia chilena, donde la acuicultura industrial de salmón en corrales de red abierta amenaza con devastar los ecosistemas locales. En la región, se han otorgado 416 concesiones de acuicultura en aguas protegidas, incluidas reservas y parques nacionales, y se espera un centenar de solicitudes adicionales. El impacto del cultivo de salmón en estas áreas incluye la pérdida de oxígeno, disminución de la biodiversidad, contaminación y destrucción del hábitat, afectando la integridad de las AMPs.

Alejandro Pérez-Matus, signatario de la Pontificia Universidad Católica de Chile, señaló: “Es urgente abordar los daños del cultivo de salmón en áreas protegidas en Chile. Esta expansión descontrolada está socavando la biodiversidad y los ecosistemas marinos que estas zonas deberían resguardar”.

La carta también cuestiona la certificación de acuicultura “sostenible”, señalando que ha debilitado el concepto de áreas protegidas al permitir actividades industriales dentro de ellas. Los científicos marinos noruegos Per-Erik Schulze y Randi Storhaug señalaron que estas certificaciones actúan como “un escudo” que permite la destrucción ambiental.

Desde las zonas afectadas en la Patagonia chilena, voces locales como Daniel Caniullan, líder de la comunidad Pu Wapi, y Juan Carlos Viveros, coordinador de Defendamos Chiloé, se unieron al llamado global. Ambos recalcan la urgencia de proteger verdaderamente las áreas marinas para garantizar la supervivencia de sus ecosistemas y sus comunidades.

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