El próximo verano en Chile promete sorpresas climáticas, y todo apunta a que el fenómeno de La Niña podría hacer una breve pero notable aparición entre noviembre y febrero. Según el Centro de Predicción Climática de la NOAA, hay más de un 60% de probabilidades de que este enfriamiento de las aguas del océano Pacífico, que altera patrones climáticos globales, alcance su mayor intensidad entre diciembre y enero, para luego disiparse hacia el otoño de 2025.
A pesar de la influencia de La Niña, diciembre se perfila más caluroso de lo normal en varias regiones de Chile. Sectores cordilleranos e interiores serán los más afectados, con temperaturas que podrían superar 1,5 °C sobre el promedio, como en Coyhaique, donde se esperan más de 13 °C al cierre del mes.
Enero continuará la tendencia de calor intenso, especialmente en zonas interiores del sur, como Biobío y La Araucanía. Sin embargo, febrero podría traer un respiro en algunas áreas, con temperaturas más moderadas, especialmente en la costa norte, donde incluso podrían estar por debajo del promedio en Atacama y Antofagasta.
Aunque las proyecciones sugieren que será un verano caluroso, los expertos no descartan olas de calor puntuales en diversas zonas del país. Entre calor extremo y la fugaz visita de La Niña, el verano 2025 promete ser tan impredecible como siempre en Chile. ¿Preparados para las sorpresas?





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