La temporada de incendios forestales ya comenzó a manifestarse en la región de Ñuble. Durante el fin de semana, un incendio en el sector El Quillay, en la comuna de Chillán Viejo, obligó a decretar Alerta Roja, movilizando a brigadas terrestres, apoyo aéreo y equipos de emergencia para contener el avance del fuego. La medida fue adoptada por SENAPRED, en coordinación con CONAF y autoridades regionales, ante el riesgo para viviendas y áreas de vegetación.
Las precipitaciones registradas estos días han contribuido a disminuir momentáneamente el peligro inmediato y han facilitado las labores de control. Sin embargo, este alivio es solo temporal. La lluvia favorece el crecimiento de pastizales y vegetación que, en pocas semanas más, al secarse por efecto de las altas temperaturas, se transforma en material altamente combustible, aumentando el riesgo de incendios más intensos y difíciles de controlar.
Desde CONAF y los servicios de emergencia se ha insistido en reforzar las medidas de prevención, especialmente en sectores rurales y de interfaz urbano-rural. Entre las principales recomendaciones se encuentran no realizar quemas, evitar el uso de herramientas que generen chispas, no arrojar colillas de cigarro, mantener despejadas las áreas alrededor de viviendas y avisar de inmediato al 130 de CONAF o al 132 de Bomberos ante cualquier indicio de fuego.
Este primer episodio de la temporada es una señal de alerta temprana. Los incendios forestales no solo afectan al medio ambiente, sino que ponen en riesgo la vida de las personas, dañan viviendas, infraestructura y generan impactos duraderos en la salud y la economía local. Prevenir siempre será mejor que reparar, y muchas veces, mejor que lamentar.
La responsabilidad es compartida: autoridades, instituciones y ciudadanía cumplen un rol clave para evitar que estas emergencias se repitan y se agraven durante el verano.




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